Tal
como su nombre indica, este tipo de caries se presenta debido a la acción del azúcar de los líquidos que
está en contacto prolongado con los dientes.
Para
la mayoría de los autores, la leche constituye el factor causal más importante
de este tipo de caries, siempre y cuando se tome de una forma regular durante
más tiempo del considerado normal para el destete. Los zumos de fruta
azucarados que los padres dan a los niños por su alto contenido en vitamina C y
su agradable sabor también tienen un alto contenido en azúcares y un efecto
cariogénico mucho mayor que la propia leche. Son
muy habituales circunstancias como dejar al niño que se duerma con el biberón
(porque así consigue coger el sueño más fácilmente), o la de mojar el chupete
en sustancias dulces (como azúcar o miel) para calmarlo ante un momento de
llanto.
En estos casos lo que sucede es que el azúcar se queda en los dientes
y, entonces, las bacterias de la boca lo convierten en ácido y éste,
gradualmente, va reduciendo el esmalte que, en el caso de los dientes de leche,
va más rápido porque la densidad es inferior a la de los dientes definitivos.
Es muy importante explicar
a los padres que, para dar el biberón a su bebé, este debe estar incorporado y
que deben limpiar los dientes tras la ingesta, no permitiendo, en ningún caso,
que el bebé se acueste sin haber realizado la higiene oral. Otra recomendación
básica es la de limitar, en lo posible, el consumo de sacarosa entre las
comidas y no utilizar sustancias con potencial cariogénico elevado (miel,
azúcar, leche condensada, mermelada, etc.) para impregnar el chupete o la
tetina del biberón.
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